La Orden tiene
guardianes y ahijados dispersos en casi todos los territorios de Orto, salvo en
el Archipiélago del Dragón Marino, Tierra de Adeptos y algunos territorios
menores.
En general, no
aceptar a La Orden en un territorio es como gritar a los cuatro vientos que
ocultas algo y eso puede provocar conflictos internos o con los territorios
vecinos, por lo que rara vez ocurre. El Archipiélago del Dragón Marino es una
nación aislada del resto del mundo por voluntad propia y aceptarlos en sus
tierras sería como subyugarse a los extranjeros, por lo que los rechazan aunque
de forma cordial. Por otro lado, en Tierra de Adeptos tienen una cultura y una
religión propia y consideran a todos ajenos a ella como infieles o herejes y
aunque la Orden no representa la religión de Los 12 que se imparte en el resto
de Orto sí que son fieles a ella, por eso los rechazan y cortan cualquier
vínculo con el resto del mundo, salvo el comercial con los vecinos.
En Arenas de
Fuego hasta hace unas décadas ocurría un caso similar al de Tierra de Adeptos,
pero sus últimos Godis han aceptado a la Orden a cambio de tratos comerciales
que les ayuden a sobrevivir en el inmenso desierto en el que viven, aunque las
relaciones con la Orden aún son escasas y muy superficiales.
En cuanto se
unen a La Orden, todos los ahijados deben abandonar su vida pasada, para ellos
renuncian a su nombre y se les da uno nuevo, generalmente su guardián padrino y
pasan todos a formar una misma identidad, de ahí el uniforme común y sin rostro
de los ahijados, ya que no son ni han sido nadie, solo siervos de una misma
casa. Aquellos que logran ser guardianes adquieren una armadura propia y única
que les confiere una identidad propia y les hace distintos y únicos, pero todos
comparten dos rasgos comunes, el blasón de La Orden grabado en la armadura y un
blasón propio que eligen ellos mismos, de este modo representan a La Orden y
adquieren una identidad propia dentro de ella.
El blasón es
representado por un león y un búho; el león representa la fuerza y la
solemnidad, y el búho la sabiduría y el temple.
Me he dejado
muchas cosas en el tintero, pero esto tiene muchos matices que voy explicando poco
a poco en el libro, aunque en la parte que colgaré gratis tan solo se ve la
punta del iceberg jeje.